Tseltal, Ch’ol, lenguas indígenas castellanizándose

Posted by

Por: TBC

20/feb/2025

Mamás maya tseltales. / Foto: Mariano Estrada

A finales de 1999, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estableció que cada 21 de febrero se debe celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna, ante los visibles y diversos fenómenos de amenaza que padece. En efecto, los pueblos indígenas migrantes tseltales (de Bach’ajón) y ch’oles (de San Pedro Sabana, Tumbalá) viviendo alejado de la cuna natal de nuestras lenguas, hemos sido testigos de su gran deterioro, indicador que está en una etapa de transición y distorsión de nuestra lengua. 

El uso de algunas palabras simples y adjetivos castellanos mezcladas en el uso cotidiano de nuestra lengua, demuestran que estamos ante una metamorfosis de la lengua que podría terminar en algunos años en una nueva llamándose probablemente ‘tseltalñol’ o ‘ch’olñol’, como bien rescata en su vocablo un gran artista cómico mexicano.

Colocamos aquí un cuadro de algunos ejemplos de los cambios que hoy está sufriendo nuestra lengua: 

EspañolTseltalCh’ol
TomateIchil’ocCoy’a
CebollaTux acWerux
TortillaWajWaj
TíoLolmamalYumjel
PapáTa’te’Ta’ta’
DóndeBan’ti’Ba’qui’
TresOxebUxp’e

Mencionar que incluso ya se usan frases completas en castellano para comunicarse dentro de la población indígena Tseltal y Ch’ol. ¿Dónde vas? ¿Qué haces? Y muchas otras frases que se han vuelto común. Tristemente ésta praxis, está cada vez más presente en los jovencitos y pequeñines de entre 3 y 12 años de edad; al grado de no hablar ni entender la lengua propia por el uso cotidiano del español.

Niño maya Tseltal con garrafas de agua. / Foto: Mariano Estrada

Los primeros factores que llevaron al deterioro de nuestra lengua,  se debieron al uso obligado del castellano en aulas escolares en nuestras comunidades rurales indígenas en aquellos primeros contactos con la educación occidental. Muchas personas adultas recuerdan aún hoy día, que por hablar en lengua propia en las aulas escolares, eran reprendidos por los maestros arrinconándolos en una esquina del salón en el mejor de los casos. Reglazos en las manos, llenar planillas enteras de “No debo hablar en mi dialecto” y muchos otros castigos -que merecen ser recordados con vergüenza-, fueron recursos violentos de despojo de nuestra lengua. Pero el mas ruin de todos los actos cometidos por los pedagogos, es arrodillar al infante o alumno sobre granos de maíz, piedras e incluso tapas de botella, conocidos también como “corcholatas”.

Hemos de mencionar que los kashlanes (mestizos), llamaban a nuestra lengua materna ‘Dialecto’ de manera despectiva, y no ‘Lengua’ como debe ser; aún en estos tiempos hay quienes la siguen usando con el mismo sentido, al igual que la palabra ‘Indio’ para referirse a los indígenas.

Siguiendo con los factores que obligaron y obligan a nuestra lengua a sufrir los cambios en estos tiempos, tiene que ver con la evolución de la sociedad misma, el desarrollo, la modernidad, la tecnología aunado por su puesto con el NO auto-reconocimiento de nuestros orígenes y lenguas.

En un intento errático de frenar la descomposición de nuestra lengua, surgieron propuestas desde las mismas aulas escolares de redacción de libros en lengua materna. Sin embargo, lejos de ayudar con éste método, las terminaba confundiendo desde nuestra interpretación, puesto que tseltalizaba o ch’olizaba palabras o nombres que no existen en nuestra lengua, al cambiar una consonante como el siguiente ejemplo: ‘eskuela, sekundaria, karretera’ y otras muchas que alargarían fácilmente la lista.

Como quiera que sea, la intensión es mas que clara, y es un llamado a la preocupación sobre nuestra lengua, origen e identidad; sobre todo en estos tiempos de grandes desafíos, donde se agradece que un número importante de estudiantes e incluso profesionistas, están escribiendo en las redes sociales ya en lenguas propias, en un claro ejercicio de autoadscripción perteneciente a un pueblo indígena con una lengua materna propia, convencidos de que es la única manera de recuperar y permanecer en este universo.

Niño maya Ch’ol sorprendido. / Foto: Mariano Estrada

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *